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Levántate cada mañana, no enfocado y pensando en los problemas que tienes, levántate confiado en lo bueno que Dios tiene para ti cada día, levántate pensando en las promesas de Dios para enfrentar con fe el día que te toca vivir.
El afán, la ansiedad y la preocupación extrema tienden a tomar nuestra mente y nuestras emociones sometiéndonos de tal manera que nos desenfocamos del Señor y pasamos por alto que Él está con nosotros
Recuerdas cuando Jesús resucitó el primer día de la semana, María Magdalena se fue al sepulcro y se encontró que el cuerpo de su maestro ya no estaba porque había resucitado, ella, como era normal, se llenó de angustia, tristeza, e impotencia porque pensó que el cuerpo lo habían robado. Jesús se le aparece, estoy seguro, para cambiar el estado en que se encontraba y le habla, pero María no lo reconoce y lo confunde con el hortelano. Es que la carga de emociones era tan fuerte que no pudo reconocer que su maestro, por quien lloraba, estaba delante de ella.
¡Un fantasma! gritaron los discípulos cuando Jesús caminaba en el mar de Galilea a la cuarta vigilia de la noche (Entre 3 a 6 am) Los discípulos estaban llenos de temor que no pudieron percibir su presencia e inmediatamente Jesús intervino para darles tranquilidad y cambiar su estado de angustia y temor en seguridad y confianza diciéndoles: !Tened ánimo; yo soy, no temáis!
Igual la tristeza, como en el caso de María, y el temor como en el caso de los discípulos, nos desenfocan de la presencia de Dios, muchas veces son tan fuertes estos sentimientos que no nos permiten percibir o darnos cuenta que el Señor está con nosotros.
¡Levántate, pon tu confianza en Señor y enfrenta este día con la convicción de que Dios NUNCA te dejará sumergido en el dolor, temor y tristeza. Descansa y no permitas que nada te impida ver y percibir con claridad su presencia, Él siempre está allí contigo, aunque muchas veces pareciera que no.
"Mas yo a ti he clamado, oh, Jehová, y de mañana mi oración se presentará delante de ti" Salmo 88:13
Con aprecio y amor.
Hernando y Mary Aparicio