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“Bendeciré al Señor que me aconseja, aún de noche me remuerde mi conciencia. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no sucumbiré. Por eso se alegra mi corazón, mi interior se regocija, todo mi ser descansa tranquilo,” Salmo16:7-9 BHTI
Las personas suelen tener un amigo o una amiga con quien compartir sus problemas y se sienten aliviados en cierta manera, pero llega un momento que ni tu mejor amistad sabe qué hacer frente a una situación que no puedes manejar y por lo tanto no te podrá ayudar con soluciones definitivas. Pero hay un amigo que sobrepasa toda amistad terrenal y en Él siempre hay una salida que ningún ser humano la tiene: Jesucristo, Nuestro Salvador y Señor. Piensa por un solo momento ¿Que no podría hacer por ti Aquél ante cuya presencia la tierra tiembla, los mares obedecen y los demonios huyen? Puedes estar plenamente convencido que cuando hagas de Jesús el Centro de tu vida, su gracia y su favor, excederá toda expectativa humana. ¿Qué impacto se produciría en tu vida si dependieras continuamente de la compañía de Aquél a quienes los vientos y el mar le obedecen y que corre como cortina los cielos para bendecir tu vida? Has de Jesús tu mejor amigo.
Con aprecio y amor.
Hernando y Mary Aparicio