¿Quieres leer con música?

Dale Play

¡Shalom!


Nunca perdamos la humildad, recordemos siempre de dónde nos sacó Dios

Uno de los riegos que enfrentamos al pasar el tiempo cuando Dios nos bendice es que nos vayamos olvidando de lo que Él ha hecho en nuestras vidas y lo peor es que también nos olvidemos de Él; tú puedes decir: “yo nunca me voy a olvidar de Dios”, hay un común denominador en el corazón de las personas y es la ingratitud, y frente al Señor el hombre no es ajeno a esto. Nos podemos olvidar de todo menos de lo que Él ha hecho por ti y por mí. Cuando los israelitas estaban listos para entrar a la tierra prometida, Moisés los desafió diciendo: “Te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto” Deuteronomio 8:2, y “cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos” (v. 11).

¿Qué motivos pueden hacer que nos olvidemos de Dios?

  1. Las pruebas.  “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.” Deuteronomio 8:3. 
    Dios permitió que su pueblo tuviera hambre y luego les dio maná. Muchas veces cuando estamos enfrentando diversas pruebas es fácil creer que Dios se ha olvidado de nosotros porque no vemos que la ayuda viene a cambiar nuestra situación.

     
  2. Satisfacción. “Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado. “Deuteronomio 8:10. La abundancia muchas veces te hace olvidar quién te hizo provisión, te hace que te centres en ti mismo y que lo que has conseguido solamente es producto de tus propias fuerzas. Puedes tener mucha habilidad o capacidad, pero nunca te olvides quién te da la vida.
     
  3. Orgullo.  “Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;” Deuteronomio 8:11-14.  Siempre el hombre quiere atribuirse “todo lo que ha logrado” y muchas veces la prosperidad nos hace sentir que nuestro esfuerzo nos proporcionó éxitos olvidándonos de Dios.

La humildad nos ayuda a recordar de dónde nos sacó el Señor y no solamente eso, sino que nos ayuda recordar de la provisión y el cuidado fiel del Señor. Hoy no nos olvidemos de agradecerle por todo lo que Él ha hecho por nosotros y de sus bendiciones. ¡Imposible que no tengas motivos más que suficientes para agradecerle a Dios en este día!

 

Con aprecio y amor.  
Hernando y Mary Aparicio