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¡Shalom!


Cuando estuve débil, Tú mi Dios, fortaleciste mi alma.

“Oh Dios, ¡escucha mi clamor! ¡Oye mi oración! Desde los extremos de la tierra, clamo a ti por ayuda cuando mi corazón está abrumado. Guíame a la imponente roca de seguridad,” Salmo 61:1-2 NTV

 

Esta es la expresión de un hombre que nos dice abiertamente que se siente agobiado y oprimido, y bajo esta condición el ser humano está propenso a rendirse fácilmente ante una situación que lo ésta golpeando duramente. Una persona así, muchas veces no sabe qué hacer, ni mucho menos que rumbo tomar y prácticamente el desaliento también se ha hecho presente en su vida. El desaliento puede llevarnos muchas veces a un estado de depresión severa del cual difícilmente se puede salir si es que no sabemos cómo enfrentarlo. Aquí el salmista necesita sentirse seguro y reconoce que ir al Señor es la única manera de conseguirlo. Lamentablemente en la actualidad, mucha gente vive en opresión, desaliento y depresión dada las diferentes situaciones difíciles que vive. ¿Cómo superar todo esto? ¿A quién acudes cuando estás desalentado o desanimado? Seguro que no quieres intentar nada, pero en el lugar donde te encuentres clama por ayuda a tu Padre, hazlo, inténtalo, pero con Dios. "El día que clamé, me respondiste; Me fortaleciste con vigor en mi alma" Salmo 138:3

Con aprecio y amor.  
Hernando y Mary Aparicio