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"Eliseo le respondió: — ¡Escucha el mensaje del Señor! Esto dice el Señor: “Mañana, a esta hora, en los mercados de Samaria, siete litros de harina selecta costarán apenas una pieza de plata y catorce litros de grano de cebada costarán apenas una pieza de plata”. El funcionario que atendía al rey le dijo al hombre de Dios: — ¡Eso sería imposible aunque el Señor abriera las ventanas del cielo! Pero Eliseo le respondió: — ¡Lo verás con tus propios ojos, pero no podrás comer nada de eso!
2 Reyes 7:1-2 NTV
Israel le había dado la espalda a Dios y producto de esto el ejército Sirio había rodeado al pueblo de Dios y el hambre extremo se hizo presente a tal punto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y 300 gr. de estiércol de paloma por cinco piezas de plata y como si esto fuera poco empezaron a comerse unos a otros.
Ante esta situación el profeta hace una declaración diciendo que al siguiente día los productos iban a abaratarse en gran manera, y un funcionario del rey de Israel dijo: Que aunque Dios abriera las ventanas de los cielos eso jamás iba a suceder.
Aquí se presenta en un mismo lugar dos declaraciones totalmente distintas: Una declaración de Fe dada por el profeta donde habla de un mañana diferente, y otra de incredulidad extrema que trata de cortar la palabra de fe. Este hombre dijo, en otras palabras, que la situación estaba tan mala que ni siquiera Dios la podía resolver e inmediatamente el profeta le dijo: Tú lo verás pero NO vas a participar de esto. No hay alternativa: O le crees a Dios o le crees a los que están a tu alrededor que dicen que tu situación, humanamente imposible, jamás cambiará.
Es interesante notar que primero sale la palabra de fe y luego la de incredulidad. Cuando Dios te da una palabra que anuncia un cambio frente a lo que estás viviendo inmediatamente el enemigo está ahí para robarte esa Palabra atacando tu fe. Tú sabes que el enemigo no puede saber las intenciones de tu corazón, pero cuando recibes UNA PALABRA de parte de Dios a tu favor, el tratará por todos los medios que esa bendita Palabra no se cumpla.
Te hago recordar: "Que lo que Dios ha dicho, lo hace".
Así diga el presidente que la economía se va a deteriorar o los números no te cuadren, Dios ha dicho: ¡Que hay un futuro diferente, y no vendrás a escasez!
Así diga el médico que tu vida no va más, El Señor te dice: ¡Que por sus llagas fuiste sanado”
Aunque las personas, incluido algunos de tu propia familia, te menosprecien y digan que tú no vales nada, El Señor te dice: ¡Tú eres mi especial tesoro!
Aunque todos te abandonen o te den la espalda, El Señor te dice: ¡Yo estoy contigo todos los días de tu vida!
Aunque estés en aflicción extrema, El Señor te dice: ¡Yo soy el que te consuelo!
Aunque estés en profunda tristeza, El Señor te dice: ¡Mi gozo es tu fortaleza!
Aunque no tengas nada, Él Señor te dice: ¡Yo soy tu proveedor!
¡NO dejes que nadie te robe la Palabra que DIOS trae a tu corazón cada día! ¡Hoy es un nuevo día y estoy convencido que El Señor tiene algo nuevo para ti! ¿Algo más? ¡Solamente descansa en El Señor con fe y esperanza!
"Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor — Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza." Jeremías 29:11 NTV
Con aprecio y amor.
Hernando y Mary Aparicio