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“El corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate.” Proverbios 15:13
Muchas veces la alegría producto de algo bueno que nos pasa dura poco, tú te puedes dar cuenta que a tu alrededor hay mucha gente que poco sonríe, tal vez porque la tristeza es más intensa que la alegría. La Palabra dice que el corazón alegre hermosea el rostro, cuanta verdad hay en esta Palabra, cuando estamos alegres nuestro semblante cambia y caemos en gracia ante los demás. La alegría contagia y hace que las personas disfruten de nuestra compañía. Pero es cierto que los momentos de tristeza también están en nuestro camino y a veces son más abundantes. Lo que muchas veces hace que se te vaya la alegría es la preocupación por un problema que tienes en casa, en tu trabajo, una enfermedad, tu escasez económica, todo esto captura tus pensamientos y hacen que no puedas dormir porque es imposible dejar de pensar en cómo salir de tal o cual situación. Si dejas que tus problemas te consuman, nunca podrás disfrutar de la alegría que nos traen las cosas buenas de la vida, porque una cosa es cierta: problemas vamos a tener todo el tiempo y si no aprendemos que Dios pueda tener el control de todas las cosas, estaremos siempre afligidos.
No permitas que los momentos más especiales de tu vida se te escapen de las manos y no los puedas disfrutar. La vida es corta y el tiempo pasa muy rápido. Atesora en tu corazón los momentos de alegría y no le pongas límite a tu corazón para sentir el gozo y la alegría que Dios quiere para ti. ¿Será que las personas que ahora están en tu entorno podrán ver en ti una sonrisa que les diga que a pesar de los momentos difíciles que estás viviendo confías en que Dios tiene el control? Alégrate, deja que tu corazón se llene de la paz que sólo Dios puede darte y vive cada momento lindo que se te presente.
Con aprecio y amor.
Hernando y Mary Aparicio